Monday, July 6, 2020

Discurso de Ignatius


No hace mucho, un negro cubano que participa de la cultura oficial me descalificó como “falta ‘e guara", por criticón; más recientemente, otro me recomendó quitarme el demonio ese de la descalificación sin sentido. En ninguno de los casos se trataba de una referencia personal, como la que hubo de respuesta; eran solamente críticas directas a los puntos en cuestión,  que de paso fueron esquivadas con la descalificación.

No es extraño, se trata de la poca cultura crítica que se puede reconocer en la mayoría de nuestras comunidades; lo malo es cuando se trata de asuntos álgidos, en élites supuestamente especializadas como las intelectuales. El tono es en todo caso defensivo, demostrando la debilidad intrínseca de la descalificación; que sólo tiene ese recurso ante la hipocresía evidente de sus postulados, así desenmascarados. Es sin embargo triste, pues muestra la pobreza de recursos políticos de dicha élite, condenada al elogio de sí misma; y tan expuesta en esta debilidad, que no puede hacer nada por sí misma, mas que recoger los besos que se tira ante el espejo.

El problema incluso goza de cierta universalidad, replicado con la misma torpeza en el exilio; que no sufre esas presiones lógicas de la oficialidad, y sin embargo responde con las mismas dobleces. Más aún, es la misma marca al hierro de las contradicciones raciales que denuncian ambos, oficialistas y exiliados; demostrando que el problema es entonces humano antes que racial, para debilitarlos más aún en sus argumentos.

Debe ser por eso que resulte entonces tan odioso a unos como a otros, más todavía que a los primeros; que seguros en la envidia con que tratan a aquellos, pueden darse el lujo de sencillamente ignorarlo todo. Se trata obviamente de una conjura de necios, empeñados en no estudiar matemáticas ni teología; cuya comprensión resolvería todos los problemas del mundo, al revelar la inutilidad de nuestras pretensiones.


No comments:

Post a Comment